Sandra Melgarejo. Madrid
En el marco de la LXIII Reunión Anual de la Sociedad Española de Neurología (SEN), celebrada hace unas semanas en Barcelona, ha tenido lugar la VIII Reunión de Tutores Docentes, en la que una treintena de tutores han analizado el desarrollo de los programas docentes de los residentes de Neurología con respecto a las guardias en Urgencias y la rotación por Neurofisiología, Neuropediatría y las unidades de ictus. El moderador del encuentro de tutores, Miguel Ángel Hernández, miembro de la SEN, ha detallado a Publicación Médica de Neurología las principales conclusiones, que redundan en la importancia de conseguir que las rotaciones se cumplan y que se hagan con los criterios establecidos en el programa de formación de Neurología.
Miguel Ángel Hernández.
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Con respecto a las guardias en Neurología, se ha revisado la encuesta promovida por la Comisión Nacional de Neurología y dirigida a las unidades docentes, con el objetivo de conocer cómo se ha implementado el programa formativo y cómo se hacen las guardias en los diferentes centros de España. “Los resultados revelan que hay siete modelos diferentes de guardias y que solo el 45 por ciento de las unidades docentes cumple el programa de forma estricta, es decir, con un residente acompañado por un neurólogo durante las 24 horas de la guardia”, ha comentado Hernández. “Un 20 por ciento de los centros utiliza una fórmula mixta, en la que el neurólogo está localizado hasta las 20 horas o está localizado, pero es una modalidad incompleta. Las otras fórmulas no son válidas y este es un importante aspecto que habría que mejorar”, ha añadido. Un dato positivo es que “la implantación del programa formativo ha llevado a que en algunos centros se hagan guardias de Neurología de presencia física las 24 horas, que hasta entonces no se habían hecho, y esto ha sido un logro importante”.
Por otro lado, otro cuestionario ha evaluado la rotación por Neurofisiología, con cuestiones dirigidas a saber hasta qué punto el residente de Neurología tiene una formación práctica en técnicas neurofisiológicas. Hernández ha explicado que aquí también hay varios modelos: uno en el que la Neurofisiología se hace dentro del Servicio de Neurología, otro en el que la Neurofisiología se hace fuera Neurología y un tercero en el que se hace fuera del hospital. “En las dos modalidades en las que la Neurofisiología no está integrada en la Neurología, los datos revelan que la formación no es tan integral y que a los residentes no se les permite realizar de forma práctica técnicas como la electroencefalografía, la electromiografía o los potenciales evocados”, ha señalado el neurólogo. En este sentido, durante la reunión “se ha instado a los tutores de los centros en los que no se dan las condiciones de formación adecuadas a que dirijan a los responsables de la docencia de Neurofisiología para que el residente pueda adquirir el conocimiento práctico de todas las técnicas neurofisiológicas que deben formar parte de la formación de un especialista en Neurología”, ha indicado Hernández.
En la rotación por Neurología Pediátrica “también hay disparidad en cuanto a la duración de la rotación, porque no siempre se cumple lo estipulado en el programa (un mínimo de dos meses), y la manera en la que se integra el residente en los servicios es heterogénea. En aquellos centros donde la Neurología Pediátrica es más específica, la formación a todos los niveles se consigue de forma más manifiesta y redundando mejor en el aprendizaje del residente”, ha comentado el moderador de la reunión. Asimismo, un informe preliminar sobre la rotación por Neurosonología, Unidad de Ictus y patología vascular, refleja que “es importante que todo esto esté integrado en Neurología porque permite que la formación sea mejor que cuando se hace de forma dispersa”, ha asegurado Hernández.
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